El emperador de Occidente es una fascinante nouvelle sobre los últimos momentos del Imperio romano de Occidente, un Imperio ya en decadencia, asolado por las hordas bárbaras y en manos de emperadores fantoches, vaciados de poder. Un escenario donde los agonizantes destellos de una gloria con más pasado que futuro, sólo sirven para alumbrar la incertidumbre, la confusión y el declive, el inevitable hundimiento de un mundo. En esta suerte de peplum à la Michon encontramos esa deliciosa ebriedad sintáctica a la que el autor de Cards nos tiene acostumbrados y que es el gozo de todo buen lector. Los magníficos relatos de Mitologías de invierno muestran un estilo diferente, un desarrollo de la frase necesariamente más corto pero igualmente preciso y sugerente. A través de hábiles pinceladas, el narrador, como si fuera el propio Destino, traza los doce perfiles, estas doce vidas breves (santas, espeleólogos, víctimas del Terror revolucionario francés, guerreros hastiados de la sangre y el saqueo,...), que tienen lugar en diferentes épocas pero que se desarrollan en un entorno geográfico acotado: Irlanda y el Causse francés. Es ésta una galería de retratos, de biografías minimalistas, donde el archivo y la leyenda cobran vida para componer un fresco de la condición humana, una reflexión sobre los problemas de la fe, el deseo y el poder y, en el fondo, como siempre (e íntimamente relacionado con lo anterior), sobre la escritura, sobre ese "invierno impecable" de los libros, donde los nombres intentan recordar y conservar el fulgor de la existencia.