hace 7 años
En el San Francisco de hoy, Emily Blake es acusada de asesinar a la amante de su marido. Sirve de poco su coartada perfecta - no estaba siquiera cerca del lugar del crimen la noche en que fue cometido - porque el fiscal la acusa de practicar la hechicería y haber cometido su crimen por medios sobrenaturales…
La única persona que podría demostrar su inocencia es LUPE… LUPE, el muchacho mexicano de once años, que lo mismo resulta angelical que obsceno… LUPE, el vidente que le reveló el nombre de la mujer con quien su marido la engañaba… LUPE, que ha venido persiguiéndola desde un principio… LUPE que - esto lo dicen todos - está muerto…
Cade Burr, un excelente abogado de ochenta años, vuelve de su retiro para defender la vida de Emily contra lo que más odia: la superstición. Sin embargo, se encuentra con Rufus Simonds, un joven y brillante fiscal de distrito que, convencido de la culpabilidad de Emily, ha decidido arriesgar su carrera con tal de probar que existe magia negra en el caso…
El lector tiene en sus manos una novela de terror verdaderamente extraordinaria, capaz de conmover al más escéptico; una novela superior a El Exorcista o La semilla del diablo (Grijalbo, 1968). La intensidad de la historia no decae en ningún momento, sino que aumenta hasta el terrible, imprevisto, escalofriante desenlace…
Lo que hace a LUPE tan aterradoramente verosímil es que cada detalle está basado en una documentación laboriosamente obtenida, estudiada y verificada: las citas de textos antiguos o sagrados son auténticas; las leyes por las que enjuician a Emily aún existen en los Estados Unidos; y las argumentaciones de psicoanalistas, neurólogos o teólogos son perfectamente válidas. Un juicio semejante podría ocurrir hoy mismo en Norteamérica. Más aún, últimamente ha estado a punto de ocurrir en dos ocasiones…
hace 7 años