Es mi primera lectura de Georges Simenon. Escritor reconocido con una obra muy extensa. No puedo compararla con otras de sus novelas, pero no he disfrutado de su lectura. La trama central es atractiva. Un cónsul que llega al último rincón de la Unión Soviética, que se vuelve paranoico porque se siente en todo momento vigilado. En los primeros capítulos he sentido más ganas de leerla, pero conforme avanzaba el estilo narrativo se me atragantaba. Demasiado rápido, como si faltaran historias para enlazar las vivencias del protagonista en la ciudad. Pocos diálogos, apenas un par de frases en un contexto que aparece de repente. Seguramente es el estilo que caracterizó a Simenon, pero yo no he podido con él. Me parece que es una novela complicada, que necesita de más de una lectura para llegar a entenderla y disfrutarla. Llegué a esta novela gracias a un artículo de El País que la comparaba con Graham Greene. Y de eso hay algo, pero yo prefiero a Greene. Me parece mucho más accesible. Con todo, recomiendo su lectura, pues seguro que cada lector tendrá unas sensaciones diferentes.
hace 7 años
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