El universo de Roald Dahl, autor de clásicos infantiles como Charlie y la fábrica de chocolate o Matilda, queda reflejado en estos relatos. El autor emplea agudeza y sarcasmo, mezcla lo cómico y lo grotesco y toca temas que no suelen visitarse en la literatura juvenil, como la guerra, la privación de la libertad, la política o la violencia. La escritura de Dahl es cada vez más apreciada por el mundo adulto, que se deja seducir por el humor, la ironía y la imaginación al servicio de unas situaciones y unos personajes inolvidables.