“Borges ironizaba sobre el Ulises de Joyce cuando decía que para conocerlo podía leerse el ensayo de Stuart Gilbert o, ‘en su defecto, la novela’. O bien que toda lectura de un clásico es en realidad una relectura por lo que ya sabemos sobre él. La experiencia de leer a Felisberto acaso no puede suplantarse con interpretación alguna –por placentera o informativa que fuese–, ni es posible leer por primera vez a Felisberto como recordando lo que ya sabemos sobre él, como Hamlet o el Quijote: siempre es una primera vez, también porque su literatura tematiza, acentúa la dilación del comienzo. Porque eso forma parte de su razón de ser, de su motivación misma. ¿Y si leemos a Felisberto Hernández en sus comienzos, pero como si todavía no hubiese escrito toda su obra? Leer el inicio de una escritura que acaso quiere iniciarse pero no comenzar, o que no sabe cómo comenzar, y para eso no hay mejor imagen para definir su literatura que la que no llega a libro todavía: literatura de ‘libros sin tapas’. Literalidad de una metáfora: todos los ‘libros’ incluidos aquí y publicados entre 1925 y 1931 son folletos sin tapas. Aspiran de algún modo a no comenzar ni a terminar, o hacerlo ‘con muy poca intención’ ¿Por qué si no incluir esta frase ‘aclaratoria’ en el Libro sin tapas?: ‘Este libro es sin tapas porque es abierto y libre: se puede escribir antes y después de él’.” Jorge Monteleone. El libro incluye: Fulano de tal, Libro sin tapas, La cara de Ana, La envenenada y Otras publicaciones tempranas, además de una edición facsimilar de Fulano de tal.