A lo largo de la historia de la literatura a menudo se ha hecho una negación del derecho y de la ley. Grandes poetas como Novalis mostraron incluso su profundo desprecio hacia el derecho, encargado de regular el inherente conflicto humano, al afirmar que: «El dominio del derecho cesará junto con la barbarie». Con su habitual erudición, lucidez y elegancia, Claudio Magris aborda la relación entre derecho y literatura; al aparente antagonismo inicial, Magris contrapone una visión más profunda y compleja, y revela que la frialdad del derecho es también lo que hace posible la calidez de la vida, retratada de manera apasionada por la literatura. De esta forma reivindica la riqueza de una relación que, lejos de ser de oposición, a menudo termina por revelar importantes similitudes.