Hace poco he iniciado la relectura de este protagonista de mi infancia. Recuerdo deliciosas tardes en casa, después de regresar del colegio, en los que compartía mi merienda con Guillermo y su banda de proscritos. También recuerdo a mi madre enfada cuando se daba cuenta de lo rápido que consumía aquellos libros y lo poco que amortizaba esos dineros que destinaba a ellos. Quizás el primer volumen de la colección es el más flojo. En los siguientes el personaje cobra más peso, adquiere refuerzos, con los Proscritos y la inolvidable Violeta, y algunas desventuras son desternillantes. Como cada libro tiene pequeñas historias resulta muy fácil de leer, no como un libro de corrido, sino intercalando un par de cuentos de Guillermo en medio de otras lecturas. Al menos así hago yo.
hace 9 años