González de Alba fue parte delConsejo General de Huelga, aquel grupo de dirigentes estudiantiles al que le tocaron los macanazos del 2 de octubre del 68. Pero no se la creyó, pues nunca se puso en el papel de víctima con el que otros apañaron hueso y cotos de poder en los gobiernos posteriores. Siempre le ha cantado sus netas al gobierno, pero también a los izquierdistas mentirosos. En este libro no deja títere con cabeza y se dedica a tirarle a los grandes mitos mexicanos que nos han hecho creer nuestros teachers, más interesados en repetir como pericos lo que dicen los libros de texto y así cumplir con los planes de la SEP que en dotarnos con información verídica. Un retrato del México al que le gusta venerar a héroes fallidos (Hidalgo, Zapata, Cuauhtémoc), apariciones que nunca fueron (la virgencita de Guadalupe, que ni existe pero a la que hasta los punks y Alex Lora adoran, cómo no) y mártires que no debían morir pero de los cuáles nos vendieron la historia oficial (los masacrados en Tlatelolco). Si eres de esos nacionalistas a ultranza a los que les duele que les toquen “su” bandera y “su” escudo –y “su” selección de fútbol-, ni leas este libro, el autor no se tienta el corazón para arrojarle piedras a los monumentos nacionales. “La historia de México es una larga serie de derrotas gloriosas y un pesado directorio de héroes derrotados”, comienza diciendo. Y si eres conchero, de esos que le cuentan –mal- la historia del país a las gringas para intentar ligárselas, ni lo busques, vas a chillar.