Un relato exquisito, una narración que envuelve los sentidos. Entra en la categoría de aquellas obras que terminas sin darte cuenta. Es un libro de amores y desamores, de admiración y decepción, de respeto e intolerancia. Un secreto familiar que sale a la luz de la forma más inesperada, a través del poder de las letras contenidas en una carta abierta por casualidad cincuenta años más tarde de lo previsto, y letras que trascienden más allá de las propias páginas del libro que las contiene. Porque “La verdadera historia del hombre de barro”, obra ficticia de la novela cuyo prólogo se nos aparece nada más abrir "Las horas distantes", se convierte en un protagonista más; ya quisiera que fuera real para poder leerlo.
Es primera vez que leo algo de esta autora y me ha sorprendido mucho, sobre todo en la habilidad de hacer encajar todas las piezas de una forma muy fluida, cada una en su justa medida y sin dejar cabos sueltos. Realmente fue un gran descubrimiento y estoy ansiosa de poder leer sus otras novelas que, por la opinión de otros lectores, superan a “Las horas distantes”.
hace 11 años
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