Es el segundo libro que leo de este autor tras "La deshonra de Sarah Ikker" y confirmo que es un escritor que me encanta. Encuentro puntos en común entre los dos libros: lo que significa ser mujer en un país árabe, la obsesión de tener unos hijos que no llegan (aunque en éste se aborda menos) y la capacidad de crear un protagonista al que aborreces. Me ha recordado parte del libro a una especie de "El Alquimista" por el periplo del protagonista por caminos y el encuentro con personajes que le van aportando enseñanzas y bondad aún a cambio de todo lo contrario por parte del protagonista. Me gusta mucho cómo escribe, a ratos es poético pero lo lees con facilidad y de ahí mi gran admiración por este escritor.
hace 2 años