Juan K llega a un pueblo costero con su colección de camisas de verano, ya que le han asegurado que por allí hay muchas mujeres hermosas dispuestas a concederle sus favores. Pero su estancia veraniega es una sucesión de fracasos amorosos, mientras en la pensión en la que se ha instalado, regentada por un nonagenario que le recuerda a su difunta esposa, las pérfidas hormigas agitan sus antenas y se preparan para el ataque final.