Un clásico. En todos los sentidos. Es una novela que te da lo que esperas pero que tampoco me sorprendió. Los británicos son expertos en vender lo exótico escondiendo su colonialismo. Siempre parecen que llegan a lugares remotos con afán de aventura y con un respeto máximo. La verdad es que todo es business. Es un buen libro para leer en un avión, en un tren o en la piscina del hotel. Trasmite una épica del viaje que te hace sentir bien. El estilo es sobrio e impersonal y la lectura es fácil.
hace 10 meses