En la poesía de Ramos Rosa, encontramos los elementos presocráticos: aire, fuego, tierra y agua. Son los elementos del principio del mundo, y son unos elementos a los que no mancilla el devenir presente. Estos elementos son a la vez lo real en su puro acontecer y promesa del ser que será y que la poesía tendrá la función, la tarea de revelar. Así la palabra poética se encuentra con este mundo elemental en el que reina el silencio y en este mundo de sombras debe rescatar la palabra una presencia. Así las cosas, el territorio del yo se reduce hasta una existencia tan elemental que ya no distinguimos sujeto de objeto.