¿Qué tipo de compromiso es posible sostener a partir de cierta edad? ¿Qué queda después de la huida? ¿Tan sólo el deseo de regresar? Dos jóvenes, con un gusto obsesivo por la literatura, junto con una enigmática muchacha, conscientes de su juventud, emprenden en 1978 un viaje hacia lo desconocido. La fuga de todo es la crónica de esa huida sin dirección, yendo de un sitio a otro a la deriva, sin detenerse más de la cuenta en alguna parte. Muchos años después, uno de ellos evocará desde su encierro voluntario en un sanatorio aquellos días de libertad y desgracia que con la perspectiva del tiempo transcurrido se ven como únicos. Por medio de la escritura el protagonista intenta saldar la deuda que mantiene con su propia identidad ante una encrucijada en la que ni pasado ni presente parecen tener consistencia, mientras Mílena, la silenciosa mujer que observa a través de su habitación, cobra fuerza para emprender un nuevo viaje. La fuga de todo habla de la búsqueda personal y la lealtad a uno mismo en una novela que indaga lúcidamente en el arte de escribir y en la costumbre de leer. A lo largo de sus paginas, la cita ajena convive con la reflexión propia: las dudas sobre la existencia con los ecos que su sonido ha dejado en lo mejor de la literatura contemporánea.