En septiembre de 1925 Ortega y Gasset reunió en un volumen dos importantes y polémicos ensayos, La Deshumanización del Arte e Ideas sobre la Novela, textos que se inscriben en la tarea que se había impuesto el filósofo de interpretar la nueva época cultural que había comenzado con el siglo XX, una época que vive una crisis, la crisis de la razón ilustrada, que afecta a todos los aspectos de la vida europea, dado que se ha producido una ruptura de los valores sobre los que se había venido sustentado la civilización occidental. Ambos ensayos, en parte complementarios, tienen, sin embargo, una orientación distinta. La Deshumanización del Arte aborda temas relacionados con todas las manifestaciones del arte nuevo y se refiere, sobre todo, a las artes plásticas, aunque también se aluda a la literatura o a la música; el segundo se centra en un único género literario, la novela. Pero ambos están enlazados por una idea común, el agotamiento de las formas artísticas del pasado, especialmente las del siglo XIX, con el abuso de lo sentimental y de lo narrativo, ha conducido a los artistas jóvenes a evitar la mimesis de la realidad y a convertir el objeto artístico (cuadro, composición musical, poema o novela) en una creación puramente estética que no ha de explicarse como copia de la realidad.