Empujada por el afán protector de su familia y por las circunstancias históricas concurrentes, Margarita Gotor Ullod, «Margot» se ve impelida a desarrollar su vida alejada del pueblo en que nació y de sus costumbres, de las que nunca dejó de sentirse tan ligada como distante. En la lejanía, consigue atemperar el carácter rebelde que marcó su niñez, pero no logra calmar una inestabilidad emocional que cada vuelta le intensifica. Y en esa marea permanente de idas y vueltas, de éxitos e insatisfacciones, de dudas y certezas, de paciencia y desesperanza, de sumisión y violencia, va consumiendo su vida, hasta que decide instalarse definitivamente en el pueblo, donde alcanzará sus sueños, su locura y su fin.