Un muro tan frágil como el papel, un corazón endurecido, una maldición que romper. Dos mundos distintos luchan, uno por su supervivencia, el otro por el poder absoluto sobre todos los pueblos. No hay batalla sin víctimas ni vencedores en una guerra sangrienta. ¿Cómo se puede ganar una batalla que ya está perdida antes de comenzarla? Feyre es una joven atrapada en una vida que no ha elegido. Debe sacar adelante a un padre lisiado y a dos hermanas mayores que desconocen el trabajo duro. A cambio de su entrega y sacrificio, Feyre no recibe más que cargas más pesadas, hasta que un día su vida recibe un golpe de gracia que la conducirá, bien a la más absoluta ruina o a un pequeño respiro en su dura existencia. En su camino se cruza Tamlin, un alto lord de la Corte Primavera del reino de los inmortales, que le ofrecerá a Feyre el trato más peligroso de su vida, un trato que condicionará ambos mundos y en el que la joven será la pieza decisiva de una maldición que está a punto de llegar a su fin. Un inmortal con un carácter difícil y una joven con una voluntad de hierro dan forma a una novela con tintes afines a La bella y la bestia a la que su autora añadirá un toque personal de fuerza e imaginación, creando dos mundos paralelos pero muy parecidos en el fondo, que deberán unir sus fuerzas para conseguir la paz de sus pueblos. Desgarradora y pasional, la historia inmortal de Feyre y Tamlin tambaleará los cimientos de ambos mundos. Avanzando entre las páginas, el lector se verá atrapado sin vuelta atrás en una historia de pasión, aventuras e intriga donde nada es lo que parece y el tiempo es el mayor enemigo. Gracias a la detallada, pero amena narrativa de la autora, el bosque junto al muro se nos antojará tan real como las escalofriantes criaturas que amenazarán nuestro mundo mortal. Una novela en la que el calor y el frío no se diferencian y en la que el gélido invierno es el protagonista. Todo el que la lea no tendrá elección: amará u odiará sin un punto intermedio la Corte Primavera y todo lo que ella representa. (Diana Arrufat, 5 de septiembre de 2018)
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