Quizás el año de 1906 no signifique nada para un lector asiduo, pero seguramente 1914 nos sea más familiar. Sin embargo, como en todo, la historia siempre ha dado un mejor y más elaborado enfoque al pasado de los países primermundistas, dejando en un segundo lugar a los demás, olvidándose de retazos que, como en un puzle, si se descubren y se juntan, pueden dar lugar a una realidad apasionante. Ambientada en la Tanzania colonial alemana, los dos hermanos Kanz serán los encargados de abrirse paso entre plantaciones de algodón y los frentes alemanes e ingleses, llevando consigo a sus jóvenes e inexpertas esposas, a quienes África se les antojará en un principio un lugar poco civilizado y demasiado diferente de la segura Alemania de la que proceden. Con los duros golpes que les asesta el destino, se verán arrastradas hacia estrecheces y a un mundo de hombres a los que tendrán que hacer frente y defender su dignidad. Aunque contada desde la perspectiva de sus dos protagonistas alemanes, la historia se abre paso hasta presentarnos la realidad histórica del momento: las luchas de los nativos por liberarse de la opresión occidental, las tensiones europeas que desencadenarían también la guerra entre las colonias y su posterior desmembramiento y, quizás lo más perdurable en la mente del lector, la verdadera naturaleza humana que nos lleva a límites insospechados de discriminación y atrocidad. Con una narración perfectamente elaborada y entretejida, el autor nos transporta a la belleza de los paisajes africanos a través de unos personajes que nos sorprenderán con sus dudas, sentimientos y carácter pasional en medio de dos contiendas: la primera por el derecho a la libertad y la segunda por una lucha interna entre la cordura y la mezquindad humana. (Diana Arrufat, 9 de agosto de 2017)
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