Los libros de Wodehouse son magníficos ejemplos del mejor humor inglés, y Tío Fred en primavera es una de sus mejores obras. El personaje que le da título es un viejo loco que aprovecha los ocasionales viajes de su severa esposa al sur de Francia para escapar de los confines de su mansión rural y visitar a su eternamente melancólico (y también predispuesto a los ataques del romanticismo) sobrino Pongo Twistleton. La conjunción de la ostentosa personalidad de tío Fred y la tendencia al pesimismo de Pongo, combinadas con un poderoso instinto de conservación, crea una pareja cómica que incluso puede rivalizar con la formada por los inconmensurables Jeeves y Wooster. La trama es demasiado compleja para resumirla aquí. Baste decir que los protagonistas deciden visitar ese paraíso terrenal que es el castillo de Blandings, donde coinciden con Lord Emsworth, Connie, Baxter, Beach y donde se produce la rara aparición del primogénito de Lord Emsworth, Lord Bosham, que supera todas las expectativas demostrando ser un tarugo mucho mayor que su padre y su hermano menor juntos.