Resumen

Al escribir “Susana”, (novela que originariamente se denominó Susana y los cazadores de moscas) Pío Baroja muestra su pasión no sólo por París, sino por la cultura y las formas sociales que vienen a España desde el extranjero. En “Susana” se aprecia el cosmopolitismo del autor y en los rasgos del protagonista podemos encontrar mucho de la personalidad del propio Baroja. De “Susana”, escrita en París, afirmó el propio Pío Baroja en una entrevista concedida a “Les Nouvelles Littéraires”: “Esta novela es una broma. Relata la vida de un español, todavía joven, áspero y pesimista, quien conoce a una joven parisiense con la cual inicia una “liaison” abandonando su actitud de salvaje. La muchacha es hija de un pintor preocupado de la higiene y de las infecciones provocadas por las moscas, llevándole a rodear a su hija de excesivos cuidados”. Para Pío Baroja “Nada vale la pena de preocuparse. El Destino manda”. El protagonista, un farmacéutico escapado de la guerra civil española es ante todo un hombre bueno y desilusionado de la realidad, sin grandes pretensiones y sin más deseo que vivir en paz. En “Susana”, Baroja muestra su capacidad de convertirse en cronista y crítico de costumbres, y entronca con la literatura clásica por su aceptación del Fatum, del Destino. En ninguna novela de Baroja como en esta se puede encontrar su ironía, su peculiar sentido el humor. Y la desesperación ante al realidad y la imposibilidad de gobernar la propia vida. Es una obra que marca como muy pocas la encrucijada de caminos en que se encontraba la cultura española de la época: o el casticismo y la mirada admirativa hacia el propio pasado y las tradiciones, o el cosmopolitismo y la aceptación de la cultura clásica y de las nuevas formas narrativas y estéticas. Baroja apuesta por la última opción y crea una novela que tiene una absoluta vigencia.