Primer volumen de la poesía completa de Jon Fosse, Premio Nobel de Literatura 2023.
Jon Fosse es dramaturgo, narrador, pero, ante todo, poeta. Es un poeta cuya obsesión es la luz: la luz diáfana del norte de Europa, casi imposible, la luz de la soledad, la que ilumina el mundo en su sencillez, la que es un puente entre lo mortal y lo infinito, entre lo visible y lo invisible. La luz mística emana de cada uno de sus poemas.
Fosse pertenece a una de las tradiciones poéticas más complejas y fascinantes: la tradición órfica. Es decir, la de aquellos poetas que, en medio de la destrucción, del nihilismo, del fin de todas las verdades y de la belleza, se han dado a la ardua tarea de reconstruir el sentido sagrado del mundo. No se trata, sin embargo, de una escritura difícil. El sentido sagrado del mundo –como nos lo han enseñado Hölderlin, Trakl o Rilke, con quienes entabla un diálogo a lo largo de estos libros– está latente, oculto, en lo más sencillo: en un niño, en una barca, en la nieve, en un animal, en un sendero a través del bosque o en la memoria. Y quizá sea ese el punto clave de la poética de Fosse: la memoria y la presencia de la infancia. La infancia individual y la infancia del mundo. Cuando lo imposible es lo cotidiano; cuando la magia y la maravilla lo recubren todo; cuando cada elemento de la existencia, por minúsculo que sea, es motivo de estupor y de alegría. Pero también cuando el dolor y la melancolía son más graves. Jon Fosse es un poeta sencillo y poderoso, alegre y taciturno, ilimitado y desprovisto de todo. Como los niños.