Enunciar un mañana es condenarlo a que no exista o postergarlo a generaciones venideras. Está demasiado lejos. Mañana es una utopía, necesaria para desplazar el horizonte del presente, pero puede que sea siempre inalcanzable. Pasado mañana, en cambio, está a la vuelta de la esquina. Lo tocamos con la punta de los dedos. Es un telescopio que transforma el futuro en presente y que enuncia de forma sólida y propositiva una alternativa para España y para el mundo. Pasado mañana es un viaje en busca de la visión política de la España del cambio, una España que sorprende a un mundo hundido por la brutalidad del neoliberalismo, la agonía de los partidos socialdemócratas europeos y el desgaste de las izquierdas latinoamericanas. Un viaje que constata que mientras en el norte de Europa se dispara la ultraderecha, en España brotan nuevas maneras, más solidarias, tolerantes, abiertas y cooperativas.