Este libro reúne un conjunto de ensayos sobre arte y gusto. Como un paseante a la vez caprichoso y sabio, Lévi-Strauss explora, entre otros temas, la pintura «filosófica» de Poussin, los cambios en la audición musical desde el siglo XVIII, las ideas de Diderot y Rousseau sobre el arte o la relación entre palabras y música y entre sonidos y colores.