¿Cómo reaccionarías si, de pronto, tuvieras que compartir tu casa con una hermana cuya existencia desconocías? Eso es lo que le ocurre a Antonia, una treintañera introvertida y con sobrepeso, incapaz de resistir el reclamo del azúcar y los carbohidratos, que además debe lidiar con un jefe insulso y unos padres sobreprotectores. La aparición de Lucilla, fruto de la una transgresión de sus progenitores (una velada de intercambio de parejas) viene a trastornar su existencia. Aspirante a cantante, periodista o presentadora televisiva, Lucilla es el reverso de Antonia: bonita, extrovertida, desordenada… y delgada como un espárrago.