En el extremo norte se encuentran los Desiertos del Caos, un territorio impregnado por la magia corrupta de los servidores de los Dioses Oscuros. El helado país de Kislev, situado entre esa antesala del infierno y el mundo civilizado, se ha convertido en baluarte contra la creciente marea del mal. Dos soldados del Imperio se unen por primera vez a la campaña que intenta repeler a las salvajes tribus nórdicas que invaden Kislev. Cuando se aproxima el invierno, y con él la última gran batalla, las circunstancias los separan y, tras multiples peripecias, acaban en bandos opuestos. Y el poder mutante de esa terrible zona es tal que puede acabar transformando a los amigos más fieles en encarnizados enemigos.