Leonard Cohen tenía quince años cuando recibió sus únicas lecciones de guitarra. Fue un gitano, apodado «el hispano de Montreal» quien le enseñó una escala de acordes, arpegios y trémolo en el instrumento español. Esas lecciones formaron la base de toda su música. A esa misma edad descubrió la poesía de Federico García Lorca, que le hizo tomar la decisión de ser poeta. Su familia, de arraigadas raíces hebreas, procedía del Este de Europa, donde judíos y gitanos habían cohabitado durante siglos, y Leonard siempre mantuvo la fantástica creencia de tener sangre judía y gitana en las venas, un anhelo que compartía con Lorca. Este libro indaga e informa de las profundas y extensas conexiones de la obra de Leonard Cohen con el flamenco, la cultura gitana y la poesía lorquiana, como así declaró el poeta-cantante canadiense en su discurso durante la ceremonia de entrega del Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011.