Agatha Christie amaba la vida y las buenas cosas de ésta, y sabía transformar los platos más apetecibles en temibles armas asesinas. En el marco de las sesenta y seis novelas de la Duquesa de la Muerte, la menor copa de coñac puede resultar fatal, el más banal sándwich de pepino puede bastar para mandar a cualquiera directamente al purgatorio… En las 88 recetas de la presente obra no hay ni rastro de arsénico o estricnina. Hay tan sólo las más exquisitas muestras de la cocina británica, de los muffins a la mermelada de naranja, pasando por el original pastel de Dartmouth. Todo el arte del desayuno a la inglesa y de la auténtica ceremonia del té evocados por la autora de novelas policíacas más leída del mundo, compilado por dos apasionados de su obra.