LA FILOSOFÍA DE HOUSE

LA FILOSOFÍA DE HOUSE IRWIN, W. y JACOBY, H.

Portada de LA FILOSOFÍA DE HOUSE
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Resumen

Hace un par de semanas, estaba por pagar una comida en uno de esos restaurantes donde hay una pequeña torre de libros giratoria con los éxitos del momento junto a la caja y vi este libro que, como buen aficionado a la serie Dr. House, me llamó poderosamente la atención, así que he decidido compartir mis impresiones al respecto. El libro es en realidad una recopilación de ensayos por diferentes autores, todos ellos con grados académicos en Filosofía que crearon esta original obra la cual consta de 248 páginas y cientos de notas. El libro (por si están interesados en él) es de fácil lectura y no hay necesidad de tener profundos conocimientos previos en filosofía para entenderlo. No es un análisis profundo de cada rama filosófica ni tampoco un listado de frases célebres de House. Sin embargo, se toma a Gregory House, el personaje ficticio, como objeto de estudio y los autores tratan de explicar su extraña conducta desde diversos puntos de vista. Así pues, se le ve desde el punto de vista de Sartre y el existencialismo, de la filosofía de Nietzsche, desde la doctrina Zen, la Taoísta, y se le compara a personajes como Sócrates y Diógenes. Pero no solamente se analiza la personalidad de House, sino la de los que le rodean, haciendo énfasis en la amistad que lo une con Wilson, en la relación que mantiene con la Dra. Cuddy, con Cameron, Foreman y con Chase. El segundo equipo, que aparecería en la 4a y 5a temporada, no está presente a pesar de que el libro, tanto en su edición original en inglés como la edición mexicana, son del 2009. El meollo de la mayor parte de los ensayos es, por supuesto, la moral de House, la cual es analizada minuciosamente tomando como material de referencia los capítulos, las frases que dijo y los casos a los que se enfrentó. Para la mayor parte de los autores, House no es un individuo sin escrúpulos como podría parecernos a primera vista, sino un médico con un enfoque científico a quien sólo le interesa la verdad. Para House, descubrir el diagnóstico es el fin último no solo de su práctica profesional, sino de su vida. En este aspecto, los autores llegan a compararlo con Sherlock Holmes quien, igual que House, era adicto al opio (el vicodin que consume House es un derivado del opio). Igual que Sherlock Holmes, House tiene a su Watson, con la diferencia de que el Watson de House está distribuido entre varios personajes. La arrolladora honestidad de House se debe a su falta de compromiso con las reglas sociales, las cuales son un estorbo para su mente. A los largo de la serie lo vemos cometer actos que podrían parecer poco éticos pero que se justifican desde su punto de vista. Para él, hallar el diagnóstico lo es todo: El principio y el fin. Los medios de que deba valerse no tienen importancia. Miente, lastima, finge y, en no pocos casos hiere a los demás al decir siempre la verdad (su verdad). A House no le van los convencionalismos ni en su trato personal ni en su estilo de vida. No es un consumista, la moda tampoco le interesa y no establece relaciones románticas con nadie pues todo esto pondría en peligro su búsqueda de la verdad, su objetividad. Prefiere mil veces una buena discusión que un acuerdo hipócrita que mine su capacidad analítica. La dependencia de House a las drogas es un punto que se discute ampliamente en el libro y los autores en realidad no se ponen de acuerdo en su significado pero coinciden en que la serenidad que le brindan los opiáceos, su alejamiento de los otros como personas y la “cosificación” del paciente lo sitúan en una posición privilegiada para analizar desapasionada y fríamente los casos que le toca resolver. Se trata de un excelente libro cuyo objetivo se cumple (a mi juicio) cabalmente. Los fanáticos de la serie (como yo), lo disfrutarán enormemente, aunque tiene sus puntos débiles ya que al ser producto de diversos autores el estilo es irregular y, con frecuencia, se roban unos a otros los ejemplos haciendo que, de vez en cuando, la temática se vuelva un poco repetitiva. Sin embargo, lo recomiendo ampliamente. Pero si no han visto la serie por lo menos hasta el final de la tercera temporada, absténganse de leerlo o se arriesgan a no entender algunos puntos de gran relevancia.