Esta novela revela la sutileza y la seducción natural de Aguinis para atrapar al lector desde la primera pagina. La conspiración de los idiotas se deja contar por Natalio Comte, quien a partir de una vocación medica disuadida y una interpretación de las Escrituras ("Bienaventurados los pobres de espíritu...") descubre el secreto de la "Sinarquia" y es al mismo tiempo protagonista y testigo de una búsqueda en la que convergen la profundidad psicológica y las supersticiones, las sensaciones mas recónditas y la superficialidad con la que el odio inventa un conocimiento y un poder. "El autor trepo una cuesta particularmente dolorosa al tener que convertir en objeto de la furia persecutoria a uno de los sectores mas indefensos de la humanidad", cuenta Aguinis en una nota. Aparte de sus formidables méritos literarios y de una ironía que hiela la sangre, La conspiración de los idiotas es un alegato contra la persecución de cualquier tipo. Para decirlo con palabras del autor: "Las victimas de turno-generalmente desamparadas-pueden esgrimir todo el espectro de la inocencia, que de nada vale cuando fue desatada la tempestad".