Inesperada Marie narra la historia de un gran secreto, un secreto que será determinante en la vida de una persona, pero que arrastrará sin remisión al resto de personajes. Para hablarnos de él el autor nos traslada, en primer lugar, a España, a la primera mitad del siglo XX. Estamos en 1920 y un joven abogado recién graduado abandona su Bilbao natal en un viaje a Madrid en el que, gracias a su simpatía y buen hacer, ganará amistades e importantes contactos. Es el propio joven, Álvaro de Zuricalday, ambicioso y trabajador, y al que el destino le depara un futuro floreciente, el que nos cuenta sus aventuras en la capital. Así sabemos de sus éxitos laborales, económicos y también en el amor, pues Catalina Redonet, la que será su mujer, es una de las primeras personas a las que conoce. No quiero dejar de mencionar a Manuel, el fiel chófer, personaje entrañable y ocurrente, discreto testigo de los logros y tristezas de nuestro protagonista a lo largo de los años. Porque no todo serán alegrías en la vida de Zuricalday, y, sin destripar la esencia de la narración, no pasarán muchas páginas antes de que descubramos que, por muy nobles que sean nuestras intenciones, a veces los momentos más felices se complican inesperadamente y nuestros planes pueden verse mortalmente amenazados.
De esta primera parte, que se desarrolla principalmente en Madrid, destacaría, además de lo atractivo del relato en sí, la excelente ambientación histórica. Personajes, hechos históricos y el día a día de una parte de la sociedad están tan fielmente retratados que el lector se sumerge plenamente en la época.
Aunque se presenta brevemente en el prefacio, no es hasta la segunda parte de la novela cuando conocemos en profundidad a Marie, nuestra protagonista femenina. Nacida en 1921, con ella cambiamos de escenario y nos trasladamos a Francia, el marco en el que se desarrolla esta parte. Marie narra su vida desde sus primeros recuerdos. Víctima de una trama ilegal, crecerá como huérfana hasta ser adoptada por un matrimonio judío, pero no tardará en descubrir que no todo es como se lo han contado y que le faltan respuestas a muchas de sus preguntas. Todo ello, junto a la posterior desaparición de su progenitor y la miseria en que se verán sumergidas madre e hija, los primeros amores, más el inminente conflicto bélico de la II Guerra Mundial que afectó al país galo, marcarán a la joven. Marie se sentirá desarraigada, siempre en busca de sus orígenes y de una felicidad postergada, de un cariño y una estabilidad emocional que constantemente parecen rehuirla y que cuando llegan quizá ya sea demasiado tarde.
De esta segunda parte destaca, además de la magnífica ambientación, lo emotivo de la historia. Ponerse en la piel de Marie y compartir sus vivencias es, aunque a veces triste, también fascinante. No hay duda de que en el fondo es un drama, se puede decir que España y Francia representan las dos caras de esa misma historia, igual de dolorosas; no obstante, en mi opinión, la fortaleza y entereza de Marie transmiten un positivismo y unas ganas de vivir que traspasan las páginas e inundan al lector.
La novela consta de un breve prefacio y dos extensas partes, sin capítulos. Bien documentada, con un lenguaje rico y natural, su lectura es ágil y fluida. Narrada en primera persona, sus personajes se sienten próximos y muy reales; de hecho, algunos de los protagonistas de la primera parte, aunque con los nombres ligeramente cambiados, son fácilmente reconocibles.
Creo que es una lectura para todos los gustos. Los amantes de la novela histórica encontrarán aquí retratados dos momentos históricos importantes, como son los años anteriores a la Guerra Civil española y la Francia de la II Guerra Mundial. Por otro lado, además de apasionante, también hay intriga, pues la incertidumbre sobre el futuro de la protagonista se mantiene casi hasta las últimas páginas.
En resumen, una historia que atrapa desde el primer momento, entretenida y recomendable. (Esther Rodríguez, 14 de febrero de 2023)