Aprovechando largas residencias en Granada, en Córdoba y en la capital de Andalucía, verdadera Meca del gitanismo y de la gente flamenca, ha podido el autor recopilar, sobre el terreno, lo más auténtico, lo más genuino de la raza. Desde que en su mente surgió la idea de reunir estas impresiones en un libro, vino intentando que para ello le ayudaran los propios morenos: les ha halagado, concediéndoles cuantos favores pudo, les ha socorrido en sus perpetuas y multiplicadas necesidades... ¡Empeño inútil!... Nada ha adelantado por tales medios: ningún gitano ni gitana se ha prestado a ello, ni por ruegos ni con promesas. El autor ha tenido que someterles, sin que se percataran del propósito, a rigurosas observaciones; y cuando ellos espontáneamente han proferido un dicho, un timo gracioso, una maldición, cualquier giro u ocurrencia chistosa, todo lo ha pillado al vuelo y tomado de ello nota en el momento. De sus reuniones y fiestas, de sus tratos de caballerías en las ferias, etc., de todo ha sacado partido para coger a pulso algún fruto y poder acaparar una idea.