La historia se sitúa en Villaclavel, capital de comarca azotada ese año por una gran sequía que afecta al carácter de sus habitantes. El cántico de un hombre que baila subido a una azotea y el sonido de su tambor traerán la lluvia que acabará inundando la ciudad.
Así empieza esta novela juvenil en la que el autor aúna los mejores elementos de los clásicos juveniles de todos los tiempos y crea un original collage con situaciones fantásticas y mucha imaginación. Una ciudad que se transforma en una pequeña Venecia, niños que se los traga la tierra, una organización criminal, barcos piratas, extrañas criaturas marinas, hombres gigantescos..., incluso elementos modernos como una revista de cotilleos. Personajes buenos y malvados, entre los primeros sobresalen un indio, un singular profesor y una niña pecosa que inventa historias.
La edición de Tres Fronteras es muy cuidada y las ilustraciones, de Diana Escribano Henarejos, son muy bonitas y acordes con el texto.
Una lectura sencilla y fácil de leer, muy entretenida y recomendable, y que sin duda encantará a los jóvenes lectores (a mi hijo de 14 años le ha gustado mucho) y que recuerda a esos escritores clásicos que muchos leímos en nuestra infancia.