¿Era Jane Hamilton Greer sólo una niña bien en apuros, o estaba realmente implicada en un caso de espionaje que podía comprometer durante años los intereses de Estados Unidos? Lo único seguro era que había sido secuestrada y que su padre, un hombre muy rico e influyente, quería recuperarla de inmediato. Grant Sullivan, antaño uno de los agentes más eficaces del gobierno, había aceptado la misión de rescatar a Jane. Encontrarla era fácil; liberarla, no tanto. Durante el tiempo que pasaran juntos, las dudas de ambos acerca de la culpabilidad y la inocencia comenzarían a diluirse, y tras ellas surgiría el hecho irrefutable de que dos personas de mundos tan distintos jamás deberían haberse conocido.