El cine negro se inspira con frecuencia en las novelas de Raymond Chandler o Dashiell Hammett, en las que junto a gángsteres y policías se mueven personajes a la deriva cargados de contradicciones existenciales y rodeados de bellezas venenosas. Generalmente la acción se sitúa en tiempos de la Gran Depresión, en los años de la Segunda Guerra Mundial o posteriores, marcados por el miedo al apocalipsis atómico o a la caza de brujas de la Guerra Fría. Nöel Simsolo, director, guionista e historiador del cine, nos ofrece una innovadora visión del género y señala sus límites inspirándose tanto en sus fuentes literarias -la novela naturalista francesa, el folletín, el hard boiled americano, etc.- como en las estrictamente cinematográficas. Sin olvidar las numerosas películas de policías y ladrones del cine mudo, las influencias del expresionismo alemán en lo formal, predominio del claroscuro y los contrastes bien definidos -la ciudad y la noche, las calles húmedas, el pavonado de las armas, etc.-, del realismo popular francés y las referencias freudianas constituyen sus claves estilísticas. Un género en el que Alfred Hitchcock, Fritz Lang, Raoul Walsh, Orson Welles, Samuel Fuller y John Huston se cuentan entre sus maestros; El sueño eterno, La jungla de asfalto, La dama de Shanghai, Los sobornados, Laura, Callejón sin salida y Gilda, sus obras de culto, y Lauren Bacall, Marlene Dietrich, Ida Lupino, Grace Kelly, Jane Tierney, Lana Turner, Rita Hayworth, Humphrey Bogart, Robert Montgomery, James Cagney, Dana Andrews, Edward G. Robinson, entre otros, conforman el elenco de sus protagonistas, iconos incontestables.