DEPARTAMENTO DE ESPECULACIONES

DEPARTAMENTO DE ESPECULACIONES OFFILL, JENNY

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Nota media 5,60 Regular 10 votos 2 críticas

Resumen

Cuando se conocieron eran jóvenes y estaban llenos de esperanza. Aunque ambos vivían en Nueva York, solían enviarse cartas en las que imaginaban cómo sería su futuro. El remitente era siempre el mismo: ‘Departamento de especulaciones’. Se casaron, tuvieron un hijo y sortearon como pudieron los pequeños obstáculos de la vida familiar. Pero imperceptiblemente algo ha ido cambiando. Han aparecido miedos y dudas que ponen en cuestión todo cuanto tienen. En un intento de encontrar el punto en el que se equivocaron de rumbo, la esposa echa la vista atrás para tratar de adivinar qué se ha perdido y qué puede salvarse todavía.

2 Críticas de los lectores

5

Un conjunto de recursos literarios que parecen puestos al tuntún para contar una historia desde una óptica absolutamente superficial.

hace 8 años

Ciertos libros me irritan. Este es uno de ellos. La autora va mezclando citas ajenas (Horacio, Weil, Elliot, Rilke, Dickinson, Keats, Zweig, Wittgenstein, Singer...), al tiempo que nos narra la relación con su pareja (y los problemas que surgen con el paso del tiempo) y el crecimiento de su hija y no falta tampoco el yoga, el maestro zen, la cosmología, las mascotas, el tedio, la balsámica huida hacia parajes poco masificados... Como esto de la pareja y los hijos afecta a buena parte de la población, parece que el éxito está asegurado, vía empatía. Que vivamos situaciones análogas (la crisis en la pareja es un lugar común), a las que refiere Jenny, tiene más de coincidencia y de olfato comercial que de literatura. Y si la deriva de la literatura va por estos derroteros, razones hay de sobra para refugiarme en los clásicos (uno de los personajes recomienda leer a todos los filósofos pretéritos y en eso estoy de acuerdo), porque este tipo de literatura pop, me resulta tan superficial y banal que no puedo con ella. Este elogio hacia lo cotidiano, hacia la nadería, no tiene nada malo cuando hay literatura detrás, una mirada aguda, pero cuando la autora parece aferrarse a la máxima de uno de los personajes del libro que afirma, que a la gente hay que darle lo que quiere, doy entonces la razón a Valéry cuando afirmaba éste que hacía falta menos para gustarle a mil lectores que a cien. Sobre una escritura de mínimos, conformista y de muy escaso vuelo, Jenny encontrará a multitud de adeptos, que loen lo ameno de la obra, lo fácil que se lee, lo divertida que resulta, lo mucho que se identifican con lo leído. Escribir es ir más allá de jueguecitos, como dedicar una página para decir: ¿Cómo estás? muyasustadamuyasustadamuyasustada... !Qué no os vendan amor sin espinas, ni os den gato por libro! PD. El libro aparece recomendado en la contraportada por Jenn Díaz y Ricardo Menéndez Salmón ("Un libro formidable en su solo aparente levedad"). Lo del asturiano me choca, porque creo que la bisoñez y levedad de Jenny están en las antípodas de la manera de escribir y de entender el mundo, que es lo mismo, de Ricardo, cuyo El sistema, sí que me está resultando una obra muy notable.

hace 8 años