Coplas a la muerte de Don Rodrigo Manrique, su padre, escritas, al menos una parte, con posterioridad al 11 de noviembre de 1476, fecha de la muerte de don Rodrigo Manrique, constituyen una de las obras capitales de la literatura española y, sin duda, el mejor poema lírico de la poesía medieval castellana. Esta obra pertenece al género poético de la elegía funeral medieval o planto y es una reflexión sobre la vida, la fama, la fortuna y la muerte con resignación cristiana. Se inspira en los precedentes clásicos y medievales del género y en el Eclesiastés, pero también contiene alusiones a la historia reciente de Castilla e incluso a sucesos en los que pudo estar presente el propio autor.