En 1999 un joven de 17 años llamado Gustavo Adolfo Parada Morales fue acusado de cometer 17 asesinatos como líder de la mara Pana Di Locos (Mara Salvatrucha). De él se escribió que era hombre más peligroso y temido del país, el monstruo, el enemigo público número uno. Se fugó al poco de ser condenado. Lo recapturaron. La Mara Salvatrucha lo sentenció a muerte. Se rehabilitó. Recuperó la libertad. Se casó. Regresó a la cárcel. Crió dos hijos. Volvió a asesinar. Roberto Valencia entrevistó a medio centenar de personas, indagó en expedientes y archivos oficiales, y pasó cuatro tardes con El Directo en el penal de máxima seguridad de Zacatecoluca, apenas unos meses antes de que lo asesinaran en septiembre de 2013.