La autora evidencia las nuevas y sutiles formas del patriarcado para seguir discriminando a las mujeres bajo el velo de la igualdad, nuevas formas de sexismo y de misoginia, más encubiertas pero igual de machistas. «A estas alturas, resulta casi imposible cambiar actitudes y valores en un cuerpo agotado por la doble y triple jornada, por las microviolencias y micromachismos diarios, -en el trabajo y en las relaciones personales-, por la exigencia del mito de la belleza y la eterna juventud, la medicalización excesiva del cuerpo y la patologización de todos los procesos naturales de nuestros cuerpos. Invisibles. Nos hemos hecho mayores y no nos gusta lo que vemos. Es tiempo de nuestra propia reacción.» Nuria Varela