Resumen

Casi 200 años antes de la caída de Constantinopla, el emperador Andrónico II, ante el peligro de una invasión turca, llamó en su ayuda a los almogávares, comandados por Roger de Flor. Fue este un caballero singular; de padre alemán y madre italiana, ingresó en la orden de los templarios, participando heroicamente en la defensa de Acre. Acusado de haberse enriquecido ilícitamente, tuvo que abandonar la orden, tras lo cual se dedicó a la piratería, entrando finalmente al servicio de Federico II de Sicilia. Para conseguir su ayuda, Andrónico II tuvo que nombrarlo megaduque y prometerle en matrimonio a su sobrina María, hija del zar de Bulgaria. Una vez en Bizancio, las tropas catalanas participaron en innumerables batallas, derrotaron a los turcos, se enfrentaron a los alanos, fueron víctimas de conspiraciones y, tras el asesinato de Roger, devastaron Tracia y Macedonia en lo que se conoció como Venganza catalana.