El emperador Augusto, el hombre más poderoso del mundo, se inquieta: los jóvenes herederos de las clases patricias de Roma están entregándose a una vida hedonista, ajena al buen gobierno del Imperio. Para frenar lo que considera degradación de la vida pública, Augusto decreta leyes que imponen el matrimonio obligatorio, penalizan la falta de hijos y criminalizan el adulterio, ahora grave delito contra el Estado.
Pero Julia, la única hija del emperador, se erige en icono de los jóvenes de vida festiva y sensual, inspirados por la poesía erótica del jovial poeta Ovidio, que publica un manual de arte amatoria que revoluciona las relaciones sexuales y rinde culto al orgasmo femenino, por primera vez en la historia. Una revolución sexual vista por César Augusto como la más peligrosa amenaza contra su poder... Su moralismo y entrega al Estado le condenará a destruir a su propia familia, víctima de su ánimo represor: desterrará a su hija Julia a la isla Pandataria, a su nieta Julilla a la isla Tremerius, a su nieto Póstumo a la isla Planasia... Y enviará al cruel exilio más lejano al inmortal poeta Ovidio, bajo confusas acusaciones...
La narración recorre tres decenios de la vida de la Roma clásica, desde la llegada a la capital de un provinciano joven íbero de 18 años, Urgídar, hasta su retorno a Hispania, ya con 48 años, tras haber presenciado la eclosión de nuevas relaciones sexuales en la sociedad romana, que derivarán en conjuras filosóficas, mágicas y políticas.
El joven Urgídar tendrá un hijo (que lo será también de las circunstancias propiciadas por César Augusto), se verá implicado en peligrosas intrigas agitadas por Julio Antonio, Livia, Tiberio y Augusto, será testigo de primera fila del fallecimiento del emperador -el próximo 19 de agosto se cumplen 2.000 de la muerte de Augusto- y colaborará en la inmortalidad de la obra del poeta Ovidio.