¡Qué libro más lindo!, con esos personajes complejos que a mi tanto me gustan, en especial Simon, que arrastra y hace suyas, grabadas a fuego, las lecciones y ambiciones de su abuelo. Por lo mismo, su evolución a lo largo de la historia es uno de los puntos fuertes de la novela. También lo es la forma en que la autora va desgranando poco a poco los detalles de su pasado, y que nos permiten comprender su comportamiento. El argumento es buenísimo, no sólo por la relación de los personajes principales y las diferentes situaciones que deben enfrentar, sino también por el contexto de una historia basada en hechos reales (en especial, la reforma penitenciaria que afectó a la prisión de Newgate), aunque, como explica la autora al final de la novela, se tomó ciertas libertades para dar más cuerpo a la trama. A pesar de no ser un libro extenso, es increíble la cantidad de cosas que pasan, y la autora lo hace muy bien al momento de cambiar el foco de atención del lector de una situación a otra, de tal forma que el interés nunca decae. Con este libro me he reconciliado con Sabrina Jeffries… lo recomiendo muchísimo.
hace 7 años