Una diáspora mundial ha dejado un cuarto de millón de personas a los pies de una estación espacial. Las culturas chocan en la vida real y en la virtual. La vida apenas tiene valor, y la información tiene incluso menos. La Estación Central es el núcleo interplanetario en medio de todo: la Tel Aviv con sus constantes cambios; una potente arena virtual y las colonias espaciales donde la humanidad se ha marcado para escapar de los estragos de la pobreza y la guerra. Todo está conectado por los Otros, poderosas entidades alienígenas que, a través de la Conversación (un torrente inestable de conciencia) suponen el inicio de un cambio irreversible. En la Estación Central, los humanos y las máquinas siguen adaptándose, prosperando e incluso… evolucionando.