Sastre es autor de veintidós obras de teatro. El suyo es un teatro de investigación y revelación y nunca de propaganda. Es un teatro rico en experiencias humanas y en sutileza poética. Sastre ha comprendido siempre que la fuerza dramática no se consigue dando soluciones panfletarias a problemas complejos, sino haciendo preguntas acerca de esos problemas. No se logra por medio del dogma, sino por la revelación social y existencial. El sentido del trabajo intelectual y artístico está en aclarar el mundo dice Sastre, y su producción dramática es testimonio a esta misión inquietante y reveladora que Sastre se ha planteado.