Muestro al universo lo que no extiendo más allá de un escritorio, la firmeza de mis dudas, la incertidumbre de los días que ocupan la vida de un alguien. Presto al cosmos los pensares de una raza aislada, oculta en cada conducto humano. Cedo mi vida a estas hojas llenas de miedos, inquietudes y sueños. Traduzco en ellas todo lo que no pude gritar a viva voz. Encierro entre solapas una realidad interior que me remueve el ala cada día, una forma diferente de entrar en contacto con todo lo que me rodea. Me han atrapado las ganas de describir cada paso y me he abierto camino entre la confusión de un bosque recóndito e inexplorado. Y ahora, que ha he avanzado y no hay rastro de vuelta, he decidio inmortalizar cada atardecer que compone este tránsito de lo desconocido para que, al menos, uno de mis mundo no se pierda para siempre cuando llegue el fin. Comparto este libro al ente que llevo dentro, esperando a conectar contigo, con otra piel a la que estremecer, con otra mente a la que motivar, con otro cuerpo al que sacar a la pista. ¿Bailas?