Leo muchísima novela histórica y no puedo dejar de valorar el interés de esta obra sobre una época complicada, la llegada al poder de Isabel la Católica. Aquí originalmente mezclada con el juego del ajedrez. Pero a este escritor le falla estrepitosamente la conciencia del estilo que debería implicar una ambientación en el siglo XV. Hay multitud de escenas, situaciones y sobre todo, diálogos que resultan absurdos por las expresiones, la mentalidad de los protagonistas, sus acciones, sus motivaciones etc. El personaje principal no es nada creíble, una chica viajando sola por toda la península sin más equipaje que un ajedrez, luego sigue la ruta con un chico, ambos acaban relacionándose con lo más selecto de la aristocracia y el poder de Castilla...la persecución del malo de turno, un asesino a sueldo pagado por el arzobispo que incluso lo reconoce...buff, demasiado absurdo todo. Vamos a calificar esto como una novela de aventuras para público juvenil o adultos poco exigentes.
hace 8 meses