Estamos ante otra novela de Saramago, escrita en estilo "bloque", como yo le llamo, es decir, sin capítulos, con poquísimos puntos y aparte, sin diálogos marcados por los signos tradicionales correspondientes. Así que no estamos ante una novela fácil de leer. También es difícil porque el autor hace bastantes paréntesis en la historia para irse por las ramas y verter todas las ideas y reflexiones que ocurren por su mente, que no son pocas precisamente. Por todo esto, digo que no es fácil leer a Saramago. Pero si uno persevera llega un momento que aprende a disfrutar de este tipo de literatura y puede apreciar la joya literaria que tiene en sus manos. No en vano, Saramago es premio Nobel.
La historia trata de un hombre que encuentra un doble idéntico a él hasta en el más mínimo detalle. Esta circunstancia desata en su interior todo un cambio y una revolución, una crisis de identidad. El sentido común de este hombre aparece a modo de "Pepito Grillo" para cuestionarle en muchas ocasiones, y realmente resulta interesantísimo.
Me ha parecido estar leyendo literatura filosófica y psicológica, además que a medida que uno va leyendo se siente más y más intrigado por saber como va a acabar toda esa historia. Quizás alguien intuya el final, o no y se lleve una gran sorpresa.
Un gran libro y un gran autor. Muy recomendable, ya que leer a Saramago es toda una experiencia, y si se consigue conectar con él, desde luego es imposible quedar indiferente a la lectura, la cuál consigue dejar un poso sobre el que poder volver y reflexionar siempre que uno quiera.
hace 8 años
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