Isabel McDonald llega a la inexpugnable fortaleza situada en la isla de Skye como moneda de cambio para asegurar la paz entre los dos clanes. Lo que Rory MacLeod no sabe, pero sospecha, es que su bella prometida ha sido enviada por su enemigo con otra finalidad muy distinta. Descubrir su cometido será su objetivo y evitar su traición, su mayor deseo. Esta historia de amor arranca bajo la premisa de un matrimonio marcado por la desconfianza. El argumento no peca por su excesiva originalidad: Rory, jefe del clan MacLeod e Isabel, hija del laird McDonald, contraen matrimonio un día después de conocerse, haciendo uso del famoso "handfasting", ceremonia en la que los novios unen mediante un lazo sus manos y sus vidas, durante un año y un día. La historia de amor se centra en el intento de Isabel por ganarse la confianza de Rory para afianzar su matrimonio y así poder cumplir el plan que le ha sido encomendado. No obstante, para ella no será nada fácil, menos aún, cuando empieza a tomarle cariño al que ahora se ha convertido en su nuevo clan y, en especial, a su esposo, al que, a pesar de su frialdad, ha empezado a respetar y querer. Creo que el ritmo de esta novela es algo irregular: el comienzo es bastante lento y la historia de amor se hace de rogar mucho, con dos protagonistas que es obvio que se sienten muy atraídos pero no ceden a la hora de demostrar sus sentimientos. Por otro lado, cuando Rory por fin sucumbe a los encantos de Isabel, las escenas de sexo son muy frecuentes y algunas de ellas me han parecido que sobraban. He leído otras novelas de esta autora y sé que el sexo está muy presente en todas sus historias (y eso me encanta), pero en este caso creo que no ha sabido dosificar bien esas escenas en el tiempo. Eso sí, están narradas de forma magistral, con mucho erotismo y sensualidad, no en vano Monica McCarty es una de mis autoras favoritas en este apartado, gracias a su estilo directo y bastante explícito, pero sin perder nunca la elegancia. Ni la cubierta de libro (¡cuánto odio esos pechotes al aire!), ni su título (poco original) ni su historia de amor han logrado emocionarme como yo esperaba, quizás en parte, por ese ritmo un tanto irregular pero, por lo demás, contiene los ingredientes necesarios para cumplir con su objetivo de entrener: amor, traiciones y acción, aderezados con una buena ambientación que nos traslada a principios del siglo XVII.

Una historia muy bonita, sobre todo por las luchas internas que viven los personajes principales entre sus sentimientos y la lealtad que deben a sus respectivas familias. También me gustó mucho el estilo narrativo, que permitía leer las diferentes situaciones desde la perspectiva de ambos protagonistas. Al final del libro, además, la autora hace referencia a una serie de personalidades y hechos históricos en los que se basó para construir su novela, que produce un resultado bastante interesante y original en el género. La recomiendo.