Sencillamente, magnífica novela, con una historia bellísima y muy bien relatada; la prosa es espléndida. El final, con ese "epílogo" último es soberbio para descubrir la solitaria personalidad de Robert Kinkade. La novela escasamente tiene doscientas páginas de pura acción; nada sobra, convirtiéndose en una de esas raras novelas en las que no se añade contenido innecesario (paja, que decíamos antes). La película en la que se basó este libro es muy buena; la novela es realmente sublime, muy superior al film, aunque este fuera excelente. Recomendable para pasar un par de día viajando por Iowa y disfrutando de la belleza de "los puentes de Madison".
hace 1 semana