Se trata de una narración sobre jovenes universitarios en época de verano: fiestas, mujeres, alcohol, droga, conversaciones cotidianas y paisajes maravillosos de los alrededores de Turín y el Greppo. La cotidianidad, lo irrelevante es lo que más llama la atención de la novela. Los días transcurren y unos son casi idénticos a los otros. El narrador y protagonista, de quien no se menciona el nombre, difiere en muchos aspectos del modo de vida que asume por inercia. El amor a la naturaleza y las descripciones detalladas del paisaje es, junto a la profusión de diálogos, lo más testacable. La novela arrastra, pesimismo, apatía, decadentismo, fatalismo, desidia. Detrás esconde una interesante crítica a la burguesía de posguerra italiana. No tan lejano a nuestra sociedad actual.
hace 12 años