Como una cebolla, la novela te va quitando poco a poco capas, haciéndote dudar en todo momento de si estamos ante un psicópata, o ante una persona con problemas por una suma de situaciones pasadas y una relación tóxica familiar. Se lee rápido, en 1-2 días, y su narración en primera persona ayuda a entrar en su mente y comprender o como mínimo participar del relato. Le pongo un 8/10 porque lo he disfrutado bastante, aunque por momentos se hace incómodo (obviamente, no es agradable leer según qué cosas).
hace 4 meses